El Defensor del Profesor nació en la Comunidad de Madrid en 2005, con el fin de prestar apoyo profesional, jurídico y sindical inmediato, en los casos de acoso y violencia hacia profesores.
Es de lamentar que, tras casi dos décadas de su creación, este servicio, una institución privada, deba seguir desempeñando no solo estas funciones sino además la de alertar a la sociedad sobre los problemas que encuentran los docentes para desarrollar su labor y las consecuencias de estos sobre su estado anímico y psicológico, y que la Administración no asuma su responsabilidad ni ponga los medios para medir fehacientemente la verdadera dimensión de los riesgos psicosociales o psicolaborales del profesorado ni el estado de la convivencia en los centros, cuestiones ambas en relación directa.
Las peticiones de ayuda y actuaciones remitidas a este servicio son tratadas de forma individual y se da respuesta a las cuestiones planteadas, siempre con profesionalidad, seriedad y comprensión.
Las denuncias son atendidas por un equipo de especialistas que apoyan, asesoran y orientan, ofreciendo una respuesta adecuada a cada incidencia y acompañando al afectado a lo largo de todo el proceso.
En relación al profesorado
El trabajo que se lleva a cabo desde el Defensor del Profesor tiene cuatro ámbitos de actuación:
En relación con la sociedad y la Administración
Nuestro servicio tiene como objetivo fundamental dar a conocer a la sociedad los problemas que aquejan a la educación, así como las dificultades a las que se enfrentan los profesores en su día a día.
La prioridad es ayudar al profesorado, siendo sus portavoces ante la Administración y la sociedad. Para ello, analizamos los datos que directamente nos proporcionan quienes contactan con nosotros, valoramos la causa de los conflictos, cada vez más complejos en la Comunidad de Madrid, y buscamos distintas posibilidades que ayuden al profesorado en el desempeño de su labor docente.
Gracias a nuestras propuestas desde ANPE-Madrid y a nuestra insistencia, la Administración dio luz verde al Decreto 15/2007, de 19 de abril, por el que se establece el marco regulador de la convivencia en los centros docentes de la Comunidad de Madrid, que ha producido una mejora en la deteriorada situación de los centros, en beneficio del profesorado. Este Decreto de Convivencia está vigente a día de hoy y marca un antes y un después en el desempeño de la función docente, junto con la aprobación de la Ley 2/2010, de 15 de junio, de Autoridad del Profesor en la Comunidad de Madrid.
Aunque en general la convivencia escolar ha mejorado desde 2007, por la aplicación del Decreto que establece el marco regulador de la convivencia en los centros docentes de Madrid y la Ley de Autoridad del Profesor, muchos problemas que llegan al Defensor del Profesor tienen que ver con esta cuestión.
La convivencia escolar debe sustentarse, al menos, sobre estas bases:
Por tanto, seguimos exigiendo a la Administración educativa:
No debe olvidarse la incidencia de los recortes en esta comunidad, donde desde 2010 se han perdido unos 7500 docentes, que junto con la falta de inversión en los últimos años, la reducción de recursos, la deficitaria atención a la diversidad y otras medidas adversas han añadido presión al profesorado y, en consecuencia, su estado anímico y psicológico ha empeorado. Muchos docentes se resignan con las situaciones problemáticas y, aunque les provoquen estrés o ansiedad, adoptan la postura del “profesor plastilina”, para que los problemas no se agraven con denuncias o enfrentamientos con padres, alumnos o Administración.
Seguiremos trabajando para mejorar la consideración social de los docentes, hacer llegar a la ciudadanía la realidad diaria de los centros educativos y poner de relieve la importancia de la educación como uno de los pilares de nuestra sociedad, que revierte en la formación académica y humana del alumnado.